DE MI AMOR Y TUS MENTIRAS
Porque
te escapas en las noches,
me
saben amargos tus besos,
y en
la fría oscuridad de mi soledad
mi
llanto la almohada empapa
sin
encontrar consuelo en la luna,
pues
si de las estrellas es la magia,
de tu
mirada es mi fortuna.
Porque
me embaucas al amarme,
me parecen
desabridas las suaves caricias
y en
cada rincón santificado de tu cuerpo,
lugares
desconocidos descubro,
mas
explorados por tantas otras manos fueron
que
la admiración se esfuma en volandas,
mecida
como al viento una pluma
y como
al mar un velero.
Porque
me mientes al prometerme,
me
resultan plagiadas tus palabras,
y en
cada frase fantaseo embriagada
por
el anhelo de tenerte preso en mi cama,
parando
el reloj de arena, que se consume,
empujándote
de nuevo al llegar el alba
a que
otra cintura estreches, como si nada.
Porque
me hace enloquecer tu sonrisa,
se
me antoja quimérica nuestra pasión
y
desfilamos entre las sábanas
como
en fechas eternas de carnaval,
enredándonos
en las utopías
de
nuestras almas disfrazadas,
que revelar sus identidades codician.
Porque te llevaste mi inocencia,
intuyo que tus pretensiones consumaste
y de la fuente de mi ingenuidad bebiste,
saciándote en la dulzura suprema
de aquel que presume, en su pericia,
frente al aprendiz inmaduro
que aprenderlo todo ambiciona.
Porque deliro por ti y tu lujuria,
me siento morir cada día
y me abandono a la esperanza,
cual ave de alas cortadas
que el cielo a tocar no alcanza
y dormita en nubes de algodón
con el conformismo de su destino.
Porque prefiero tenerte a media,
que perderte en el laberinto
trazado a conciencia, que nos distancia.
Te consiento la emigración,
custodiando así nuestro silencio
de idolatrarnos invisiblemente
en jardines que no fueron podados.
Porque eres el alquimista de mi tesoro,
jurando ante mi dios, te declaro,
que la única riqueza de la que me he lucrado,
es la del diamante bruto
que una vez juntos pulimos,
y que luzco hoy en mi vientre,
para que tú, mi amado mentiroso, lo adores.