viernes, 9 de mayo de 2014

DESORIENTACIÓN

Cuando te sales de la senda por la que transcurre tu vida, empiezas a sentir que te pierdes a ti mismo.
Cuando te pierdes a ti mismo, el mapa de tu existencia se queda sin coordenadas y sólo tu orientación interior puede ponerte a salvo.
La brújula señala el sur en tu corazón y en la razón la flecha marca el norte.
Eres vagamundo de tu conciencia.
Te ciegas, te desvías por cualquier atajo,  tropiezas con los obstáculos y cada vez es más arduo el esfuerzo de ponerse en pie.
Cae la noche, oscurece. Sientes la tentación de rendirte.
Pides ayuda, tu mirada suplica auxilio. Nadie puede socorrerte. Únicamente en ti está la salida, en el esfuerzo, en el dolor, en la experiencia. Te acompaña la soledad, llevas de una mano la ilusión y de otra la nostalgia.
Nuevos horizontes se abren.
Miras a tu alrededor, te guías por el eco, por la luna, por el sol, por el viento: esperanza.
Andas sin rumbo, pero andas…


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